La Historia trasciende de un hecho o experiencia pasada a otro actual, que engloba una serie de situaciones, eventos contenidos en libros y en nuestra vida cotidiana, dentro de lo cultural, social, político, educativo y religioso, las cuales son importantes descubrir mediante lecturas y observaciones que nos permitan conocernos tanto a nosotros como al entorno que nos rodea. “Lo que el hombre es solo lo puede decir la historia”[1]
Muchas personas comentan que no les gusta la historia, pero en realidad se han preguntado el ¿Por qué?, porque no gustarnos la historia si forma parte de nuestras vidas, toda nuestra existencia en este mundo esta llena de acontecimiento desde que nacemos y eso es HISTORIA. “La historia es la memoria colectiva de una sociedad cualquiera, a partir de la cual los hombres tratan de comprender y explicar el pasado en todas sus dimensiones y expresiones, descubriendo sus constantes –especies de leyes sociales- y proponiendo líneas para el desarrollo ulterior de esos de esos mismos hombres”[2]
La respuesta a esta interrogante es por la falta de interés hacia nuestro pasado, consideran la historia como algo aburrido y de poco agrado al momento de estudiarla porque deben memorizar datos, nombres, fechas; esto es mayormente a causa de que nuestros ascendientes nos han venido inculcando este pensamiento desde pequeños y ya se ha convertido como en un mandamiento de que por naturaleza no te guste la historia, y la razón o la respuesta mas certera es por el simple hecho de que no nos gusta leer; sin darnos cuenta que el leer alimenta los conocimientos, la historia necesita de la lectura y viceversa, es por ello que hay tanto desconocimiento de la historia de nuestro antepasado, de allí la importancia de leer, ya que la lectura facilita enormemente la comprensión de los textos, por ende la interpretación de los mismos, se hace mas fácil; la lectura es el camino a la sabiduría, nos permite ampliar conocimientos, soñar, fortalecer, aclarar dudas, comprender, conocer la vida, el ambiente, las costumbres, el pensamiento y estar al tanto de todo lo que pasa y lo que ha pasado a nuestro alrededor, en nuestro entorno. Muchas veces ignoramos lo indispensable que es esta para desarrollo del ser humano, para fortalecer la cultura de cada individuo y para conocer nuestro origen, explorar el pasado y entender el presente es necesario tener el hábito de la lectura.
Es necesario resaltar que existen numerosas personas atentas a un nuevo poder de investigación, aquellas para las cuales los hechos históricos les parecen fascinantes; la historia para ellos es un tesoro; la duda, la curiosidad, la inquietud y la necesidad de conocer son unos de los elementos que los impulsan a leer, a indagar, a documentarse y a fundamentar sus conocimientos a través de la lectura de varias fuentes y ampliar sus ideas, ellos ven la lectura como opción para aprender. Para demostrar que hay una población dispuesta a leer historia y a ampliar sus conocimientos hacemos referencia a este relato de Gabriel García Márquez “Este milagro es la demostración irrefutable de que hay una cantidad enorme de personas dispuestas a leer historias en lengua castellana”[3]
Se leen y se escuchan diversas historias sobre la creación del mundo y la evolución del pasado, pero la mayoría de los lectores al analizar varias las fuentes de la información que ha tenido desde su infancia en diversos temas, se dan cuenta muchas veces de la contrariedad que tienen diversos autores; comienzan las preguntas y los invade la duda ¿será verdad o mentira?, es allí donde se decide investigar mas para descubrir el verdadero secreto que esta oculto en cada historia. Como le ha pasado al lector cuando analiza el libro del profesor Carlos Méndez Tovar titulado ¿Quién Fue Primero el Huevo o la Gallina? donde se expresa lo ocurrido el 12 de octubre el cual dice “El viaje de colón fue en realidad un negocio financiero por el Estado Monárquico Feudal Español; se trataba de encontrar una ruta más cerca de la India más rentable y menos peligrosa para abaratar los costos de las especies, las sedas y otros productos que de allí se obtenían. Pero independientemente de que territorio americano hubiese sido o no pisado por navegantes europeos antes del arribo de Colón este continente existía y era tan antiguo como cualquier otro lugar del planeta, de manera que el término descubriendo no refleja la realidad, y la violencia desatada contra los aborígenes para arrancarle los metales preciosos no tiene nada que ver con la denominación hipócrita el encuentro de dos culturas”.[4] En este libro se contradice la historia que desde niños nos enseñaron nuestros padres, profesores y libros, la cual es que el 12 de octubre de 1492 se descubrió América; la expedición de Cristóbal colón llego a las costas de una isla de América. Por tal razón se celebraba todos los 12 de octubre de cada año el día de la Raza en honor a dicho descubrimiento era una festividad nacional; lo que actualmente se conmemora como el día de la resistencia indígena.
Es fundamental destacar que la historia refleja la verdad de quien la escribe, es por ello, los diferentes puntos de vistas y la variedad de opiniones con respecto a un mismo tema. El ser humano a realizado investigaciones a través del tiempo, para que esos conocimiento sirvan de soportes, han quedado plasmados en libros, folletos, revistas, entre otras, y ahora son historia que permiten a los investigadores de hoy tener un punto de partida. El conocimiento que adquirimos al leer, al vivir experiencias será la base que nos ayudara a enfrentar con propiedad el mundo ya así lograr las metas que nos llevaran al éxito.
[1] Guedez. A. (2011) “La Historia … no es la enseñanza del Pasado”. Editorial Horizonte, C.A. Barquisimeto-Venezuela. Pág.14.
[2] Guedez. A. (2011) “La Historia … no es la enseñanza del Pasado”. Editorial Horizonte, C.A. Barquisimeto-Venezuela. Pág.16.
[3] García. G, Fuentes. C (2007). “Cien años de Soledad” y un Homenaje. Editorial Fondo de Cultura Económica. México. Pág. 34.
[4] Mendez Tovar, C. (2003). ¿Quien fue primero el huevo o la gallina? Caracas-Venezuela: Unidad Camusí. Pág.03.
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